Alan Turing, padre de la informática moderna, nació un día como hoy hace cien años. Sus estudios e investigaciones matemáticas sobre los números computables convirtieron a este científico inglés en el precursor de la ciencia de la computación, un genio al que hoy en día debemos la existencia de las computadoras y, seguramente, la derrota de los países aliados sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Google ha decidido celebrar el centenario de su nacimiento por todo lo alto, y por eso dedica hoy a Alan Turing uno de sus doodles más especiales, una recreación de la Máquina Turing que el matemático británico ideó en 1945, que hoy sustituye al habitual logo de Google y reta a los usuarios del buscador a reproducir una serie de códigos binarios.
El entretenido doodle interactivo con el que este 23 de junio Google sorprende a los internautas.
El hombre que confiaba en la inteligencia de las máquinas
Alan Turing fue un genio precoz que, ya desde niño, mostró al mundo su habilidad con los números y su profundo interés por las matemáticas. Aprendió a leer solo y con 16 años ya analizaba con rigor los trabajos de Albert Einstein. La temprana muerte de su amigo y primer amor, Christopher Morcom, marcó de forma traumática a Turing que, desde entonces, dio la espalda a la fe religiosa, se convirtió en un ateo convencido y se obsesionó con entender los procesos mentales del ser humano. La idea de la mente como una máquina artificial inteligente comenzó a tomar forma en su cabeza en esta época, poco antes de que Turing se graduase con honores en el Kings College de Cambridge. Dos años más tarde, este genio de la informática sentó las bases teóricas de la computadora con su estudio de los números computables, el pistoletazo de salida para la carrera mundial hacia la primera computadora.
La primera máquina que Alan Turing ideó era un modelo matemático abstracto que define un sistema de escritura/lectura que determina los conceptos computacionales de input, output y algoritmo y establece las bases lógicas para desarrollar los primeros procesadores o cerebros artificiales. En el año 1945 Turing quiso ir más allá y diseñó el aparato: laMáquina Turing. En 1950 se completó totalmente la computadora, la más rápida del planeta durante años.
Alan Turing fue reclutado por el gobierno británico cuando se desató la Segunda Guerra Mundial para que, con su talento y sus conocimientos, intentase descifrar de los mensajes encriptados de los alemanes. Contra todo pronóstico, Turinglogró descubrir los misterios de la mítica máquina encriptadora de Hitler, llamada Enigma. Diseñó la suya propia, denominadaBombe, capaz de romper los códigos de Enigma, haciendo posible que los aliados anticipasen los ataques y movimientos de los militares nazis.
La Bombe de Turing fue la herramienta principal de los criptógrafos aliados en el espionaje contra el Führer. Los trabajos de ruptura de códigos de Turing fueron secretos hasta los años 70, tanto, que hasta sus más íntimos amigos los desconocían.
Turing no se cansó de investigar tras el triunfo sobre los códigos matemáticos de los alemanes. El científico británico continuó dándole vueltas a los números el resto de su vida, pero esta vez Turing los combinó con la biología consiguiendo alteraciones de patrones como las rayas de los tigres o las manchas de los leopardos.
La brillante carrera profesional de Turing acabó siendo eclipsada por su trágica vida personal cuando, en 1952, durante la investigación de un robo del que el matemático fue víctima traicionado por uno de sus amantes, Alan reconoció su homosexualidad. Inmediatamente fue imputado por «indecencia grave y perversión sexual» y sometido a un tratamiento médico de castración química. La muerte de Turing también estuvo envuelta por circunstancias extrañas. El padre de la computación falleció en 1954 después de ingerir una manzana contaminada con cianuro. Hay quien cree que fue mala suerte, otros asesinato y hay quien considera, después de las circunstancias que rodearon a Turing durante sus últimos años de vida, que el científico optó intencionadamente por el suicidio.
Durante muchos años, algunos apasionados de la informática defendieron que el primer logo de Apple, con una manzana mordida con los colores de la bandera gay, era un tributo de Steve Jobs a Alan Turing. Algo que tanto el diseñador del logo como el propio Jobs negaron: «No es cierto -dijo Jobs en su día-, pero, Dios, ya me habría gustado que lo fuese».
En septiembre del 2009 el mismísimo primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, pidió públicamente disculpas en nombre del Gobierno británico por el trato que Alan Turing había recibido.
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